


La iglesia es el cuerpo viviente de Cristo en la tierra. Un cuerpo que, al latir al unísono, avanza con propósito, llevando en sus manos la luz del evangelio, y en sus pasos, el eco de la redención. “De quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.” — Efesios 4:16

Somos una iglesia centrada en dar a conocer a Jesucristo como único y verdadero Salvador, exaltando Su nombre, proclamando la verdad de Su Palabra, y enfatizando tanto Su señorío como la obra transformadora del Espíritu Santo. Nuestro propósito es alcanzar a todas las almas posibles, cumpliendo con fidelidad la Gran Comisión, a través de la predicación del evangelio de Jesucristo, llevando esperanza, redención y vida eterna a cada rincón donde aún no ha sido escuchado.
